Ahorrar en tiempos de Uber

Las personas estamos sujetas a factores psicológicos que nos hacen más difícil tomar decisiones para el ahorro. En general, tendemos a enfocar nuestra atención en lo urgente, y por eso optamos por gastarnos el dinero ahora en lugar de guardarlo pensando en el largo plazo. Lo confirma una encuesta reciente elaborada en México por la Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro (Consar), en la que el 59% de los encuestados reconoció que procrastina, es decir, que no está preparando sus finanzas para el momento del retiro. Esta realidad es preocupante, especialmente en un contexto como el actual, en el que la economía compartida (con firmas como Uber, Lyft, Cabify o Airbnb) gana terreno a gran velocidad. ¿Es posible aprovechar la fórmula de estas empresas exitosas para fomentar el ahorro?

Las personas tendemos a enfocar nuestra atención en lo urgente, y por eso optamos por gastarnos el dinero ahora en lugar de guardarlo pensando en el largo plazo.

La economía compartida difumina la relación entre la empresa y el empleado. Uber, por ejemplo, no emplea choferes, sino que pone a disposición de sus usuarios un algoritmo con el que conecta oferta y demanda de transporte. Al desaparecer esa figura tradicional de “empresa-patrón”, queda ahora en el aire quién se responsabiliza de contribuir para la pensión de estos trabajadores independientes. Una de las posibles soluciones sería que las mismas empresas dieran pequeños ‘empujones’ a sus empleados (o contratistas) para fomentar el ahorro. Podrían, por ejemplo, enviarles recordatorios a través de la misma aplicación sobre la importancia de pensar en el retiro, ofrecer bonos o recompensas inmediatas por ahorrar (a fin de ayudarlos a sobrepasar su predisposición al presente) o establecer descuentos automáticos de sus ganancias y dirigirlas a un fondo de ahorro.

Empujones éticos

Ahora bien, es importante garantizar un uso ético de estas herramientas de la economía del comportamiento. Recientemente, en los medios de comunicación y en las redes sociales se ha discutido mucho sobre los límites de este tipo de acciones, a raíz de un artículo en The New York Times en el que se cuestionan algunas prácticas de Uber para incentivar a sus conductores a trabajar más horas. Este uso de la economía del comportamiento resulta controversial, ya que hay cuestiones éticas importantes que deben considerarse cuando se utiliza la psicología para fomentar alguna conducta en particular. Richard Thaler, uno de los autores de la reconocida publicación Nudge, señala que los empujoncitos deben ser transparentes, de fácil opt-out (que permitan una fácil salida) y que claramente beneficien al individuo (nudging for good, como lo denominan). Sobre este último punto, la clave es ayudar a las personas a realizar algo que quieren hacer y mejorar su bienestar.

Este uso de la economía del comportamiento resulta controversial, ya que hay cuestiones éticas importantes que deben considerarse cuando se utiliza la psicología para fomentar alguna conducta en particular.

Para verificar que existe un verdadero interés por ahorrar para el retiro, se pueden realizar encuestas a los socios de estos algoritmos para conocer sus intereses y actitudes sobre este tema e identificar la existencia de sesgos del comportamiento. De igual manera, la información proporcionada en los ‘empujoncitos’ debe ser veraz, transparente, de carácter voluntario y con facilidad para finalizarla en cualquier momento. Esto significa que el diseño de los pequeños empujones para lograr un mayor ahorro debe ser cuidadoso, teniendo en mente el incremento en el bienestar de los trabajadores independientes participantes.

 

https://blogs.iadb.org/trabajo/2017/05/04/ahorrar-en-tiempos-de-uber/

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